viernes, 28 de octubre de 2011

Una vez en la vida

Hay situaciones que sólo se viven una vez en la vida, o dos como mucho. O por lo menos la sensación que tengo es esa.
Que hay algunas cosas que me van a pasar una sola vez.

Quizás sea porque provengo de una familia mayormente Peronista. Por esas cosas del destino es que me sé la marchita de memoria tanto como me sé el Arroz con Leche. Aunque les digo que hay partes del Arroz con Leche que a veces se me escapan... no así de la marcha.
Mi otra parte de la familia (dos descolgados, nada más) eran... bueno, qué eran. Mi abuela y abuelo paternos, ellos se decían radicales. Pero en realidad eran antiperonistas. Todavía recuerdo tener 10 años más o menos y ver la cara de asco de mi abuela Terni (mamá de mi papá) cuando hablaba de Evita. Recuerdo que le decía "la perona" (capaz hasta le decía "puta" cuando yo no estaba presente, pero no lo podría asegurar porque nunca la oí).
Como sea, yo era chica pero si hay algo que me quedó grabado en la memoria es el desprecio de Terni hacia Evita (nombre que jamás le oí decir; a lo sumo era "Eva").

Quizás sea porque me acuerdo muy bien de la época de Menem. Tengo 35 años, y me acuerdo de mis 18, 19, 20 años y más... y de estar siempre en contra de esa nueva forma de vendernos el país que pergeñaba el Turco. Me acuerdo de las marchas a las que iba, de esas que se hacían para frenar la Ley Federal de Educación, de esas que se hacían para intentar detener la Flexibilización Laboral, de esas que se hacían para que los fondos de los jubilados no se conviertan en AFJP, las marchas de las Madres y Abuelas.
Me acuerdo de las bardeadas de todos... "¿vos sos peronista? ¿Estás en pedo o qué te pasa? Mirá qué lindo el Peronismo, mirá lo que hacen...".
Claro que no sabían (y yo en ese tiempo tampoco) que el Turco era cualquier cosa menos "peronista".

Quizás sea por diciembre de 2001, que me encontró trabajando como encargada en un garage en Belgrano en el momento en que De la Rua abandonaba el poder.
Recuerdo como si fuera hoy estar escuchando la radio -a eso de las 5 y algo de la tarde- y oir que todos los transportes públicos iban a dejar de funcionar a las 7.
Yo en Belgrano y mi casa en Lomas de Zamora.
Recuerdo hablar con María Luz (la dueña del garage), recuerdo salir rajando para mi casa antes de que los colectivos y trenes me dejaran huérfana de transporte, recuerdo haber salido con De la Rua como presidente y llegar a mi casa con su renuncia.
Recuerdo los muertos que me enteré al otro día.

Quizás sea porque no lo voté a Néstor en el 2003. Le metí mi voto al Partido Socialista en esa ocasión (qué ingenua puedo ser a veces). Recuerdo pensar "¿Quién es ese tal Kirchner? Ahhh, ¿viene de la mano de Duhalde? Listo, no lo voto".

Quizás sea porque ese 25 de Mayo de 2003, con todo mi escepticismo a cuesta, escuché el discurso de Néstor.
Y me partió la cabeza.
Pero por las dudas me dije a mí misma: "ok, este es el mejor discurso que escuché en mi perra vida. Pero no confíes, mirá que ya oíste miles de palabras y siempre te defraudaron. Siempre".

Y de a poco, paso a paso (porque no se puede hacer todo al mismo tiempo, mis amigos), el Flaco fue haciendo todas esas cosas que yo reclamé siempre, desde que tengo uso de memoria.

Poco a poco, me fui acordando de nuevo de la marchita que me habían enseñado cuando era chiquita y olvidado cuando era adolescente.
Con cada medida, el Lupo me iba devolviendo una estrofa más, y una más, y una más.
Así hasta que quedó por la mitad.

Y ahí apareció Cristina.
Y ella, hermosa, fuerte, decidida... me fue devolviendo las estrofas que quedaban.
Pasito a pasito.
Medida a medida.
Gesto a gesto.
Estrofa a estrofa.
Una por una.

Hasta que quedó completa de nuevo y tuvo real significado de nuevo.
Así como me la enseñó mi tío, mi padre, mi madre, mis abuelos (maternos, no paternos).


Hay situaciones que sólo se viven una vez en la vida. O dos, como mucho.
En mi caso, son dos.
Dos veces de cantar la Marcha Peronista con alegría, sin vergüenza, con emoción, con frescura, con convicción, con nobleza.
La primera vez fue aquella en la que yo en lo personal no estaba muy consciente de lo que cantaba, pero mi familia sí.
La segunda vez es esta.
La de la Argentina versión 2011.
Esta vez no sólo estoy bien consciente de lo que canto, sino que estoy consciente -gracias a toda mi vida, mi familia y mis vivencias históricas- de que lo que canto es eso de lo que tanto me hablaron mis viejos y mis abuelos (excepto los gorilas).
Y entender de una vez por todas que lo que ellos vieron es lo mismo que veo yo.

Y que cantamos lo mismo.

Porque queremos lo mismo.

martes, 4 de octubre de 2011

Una pequeña anécdota "divina" que me pasó hoy

Resulta que iba yo a trabajar en el bondi, sentada -lo cual ya de por sí es bastante raro- y mirando tranqui por la ventanilla.
En un momento se sienta una señora justo adelante mío y empieza a hablar sola, diciendo cosas como... no recuerdo bien pero era algo así:
"Porque Dios es el camino, tenés que llevar a los chicos a que escuchen la palabra de Dios, el señor tiene algo que decirnos, tenemos que escucharlo".

Delirio místico, que le dicen.

En su diatriba, miraba a los pasajeros que estaban a su alrededor y les decía más o menos lo mismo. A veces les preguntaba cosas, y las personas se hacían las que no la oían, o miraban para otro lado. Todo para no entablar algún tipo de conversación con la enviada divina.

En eso, no va que la señora se da vuelta y me mira a mí. Y me dice algo -de nuevo, no recuerdo bien- parecido a esto:
"¿Vos escuchás la palabra de Dios, que nos dice que...?"

La verdad no me acuerdo demasiado bien qué fue lo que dijo a continuación. Sólo recuerdo que me hizo una pregunta, y que esa pregunta era referida a Dios.

La miré por unos segundos, y le respondí:
"No sabría decirle, señora. No creo en Dios".

Creo que fue un error confesarle mi no creencia. Para el caso, creo que fue un error responderle, pero bueno, lo hice. La señora en cuestión abrió los ojos como el dos de oro -entre indignada y sorprendida, no sé bien cual de las dos cosas más- e hizo un intento de arranque místico-aleccionador.
Nuevamente, no recuerdo bien sus exactas palabras, pero dijo algo como: "¿pero cómo no creés en Dios? El es el creador, el que tiene la palabra, el que..."

El que, el que... el que la mandó a usted a romperme las que no tengo en mi viaje hacia mi trabajo, básicamente.

Veía que la cosa venía para largo, y me faltaban unos 10' para llegar a destino. Así que, en un intento de cortarla, le dije algo que derivó en este pequeñísimo ida y vuelta:
Malena: Señora: ¿usted cree que todos los actos de Dios son sabios?
Enviada divina: Por supuesto que sí.
Malena: Bueno. Dios, en su infinita sabiduría, me hizo a mí no creyente.
Enviada divina: ...

Después de esto, la señora se dio vuelta y siguió hablando sola e intentando hablar con más pasajeros. Lo primero lo logró: se la pasó vociferando casi todo el viaje que compartimos, con un leve afloje al final. Lo segundo no lo consiguió: nadie le pasó ni cinco de bolilla, por lo menos no en el tiempo que yo estuve arriba de ese colectivo.


Pequeña anécdota, intrascendente.
Juro que verídica.
Y pequeño pensamiento derivado de la misma...
Quizás a veces es más fructífero -a efectos de cortar con una posible discusión- intentar hablar el mismo "idioma" con el que te habla el otro para terminar diciendo básicamente lo mismo pero con menos palabras.

Saludos

martes, 13 de septiembre de 2011

Proscripción

Respuesta a un militante del PO que me envió un mensaje llorando la "proscripción de izquierda".
(Pongo como nombre "Cacho" para no mandarlo en cana)

Ay Cacho... recién leo este mensaje que me mandás, y mi primer pregunta es: ¿por qué me lo mandás? ¿Acaso no sabés que soy Kirchnerista? ¿O acaso se te olvidó, lo pasaste por alto o alguna otra cosa que no se me ocurre?
Porque te digo la verdad, parece más bien una provocación loca, un "mirá lo que te mando, ciber KK", o alguna de esas genialidades tan parecidas a otras genialidades que vienen de la derecha.
(N de la R: sabelo, algunas de tus cosas son aterradoramente parecidas a lo más derecho de la derecha. Yo que vos, me asusto).

De verdad que no quiero polemizar al gas con vos, pero...
¿PROSCRIPCIÓN?
¿Vos sabés lo que es estar proscripto, Cacho?
¿Vos sabés lo que es no poder nombrar a tu partido o a tus líderes en voz alta?
¿Vos sabés lo que es entrar al cuarto oscuro y no encontrar la boleta de tu candidato?
¿Vos sabés lo que es no poder votar a ese que tanto querés porque alguien dijo que es "ilegal"?
¿Vos sabés lo que es tener que dejar de militar en el lugar que militabas siempre porque, de pronto, tu partido "no existe más"?
¿Vos sabés lo que es tener que callarte lo que pensás porque no podés decirlo?

No me jodas, Cacho. Vos no tenés ni la más mínima idea de lo que significa estar proscripto. No tenés idea porque en tu vida lo estuviste. No tenés idea porque no lo estás ahora.

Personalmente, me enerva sobremanera la liviandad con la que se toman determinados conceptos.
"No me dejás terminar... ¡me estás censurando!". No, amigo, te estoy interrumpiendo.
"Me decís que soy un garca... ¡me estás acusando!" No, amigo, te estoy describiendo.
"¿Decís que miento? ¡Me estás atacando!" No, pibe/a, te estoy corrigiendo.

"Me pedís llegar al 1,5% de los votos... ¡me estás proscribiendo!"
No, pedazo de salame... estoy viendo si un porcentaje mínimo e indispensable te elige.

Hay sectores que usan las palabras tan livianamente...
Tan livianamente que, al final, pierden su real significado.
Uno de esos sectores sería el PO.
Ese PO que gritaba "proscripción" a los cuatro vientos, pero que rápidamente se olvidó de esa palabra cuando superó el 1,5% exigido para presentarse en Octubre.
Ese PO que brindó con Don Perignon y Chiche, rebosante de alegría y escaso de vergüenza.
Ese PO que olvidó la palabra "proscripción" tan rápido como la había adoptado.
Ese PO.

Así que no me jodan. Y tengan más respeto por las palabras.
Acá se mató mucha gente, se silenció mucha más y se impidió demasiado como para que ahora vengan unos cuantos trasnochados a hablar de "proscripción" tan alegremente porque el aire es gratis.
Y por si acaso no lo hacen, por lo menos sepan esto:
Si ustedes pueden hacerle saber al mundo que los silencian... es porque no los están silenciando.

jueves, 20 de enero de 2011

Explicaciones fáciles para gente fácil

Si hay un blanco por donde atacar... ataquemos.

Esa parece ser la consigna de buena parte de la oposición y sus simpatizantes.
Yo los comprendo; no es fácil llevarle la contra a ciertas políticas implementadas por este gobierno sin quedar como un verdadero garca (también conocido como derechista). Razón por la cual afilan sus comentarios -o por lo menos lo intentan- y esbozan algunas críticas que, de todos modos, resultan cosas bastante pueriles. Pero que lo intentan lo intentan, eso sí que nadie lo puede negar.
Por ejemplo: cuántas veces escuché a más de un desprevenido rezar la santísima trinidad opositora:
  • Corrupción.
  • Falsos izquierdistas.
  • Los fondos de Santa Cruz!!! (esto último dicho con especial indignación).

Y de tanto escuchar esas máximas, se me ocurrió formular una respuesta fácil para cada una de esas cuestiones... fáciles también.
¿Vamos con la primera?

Corrupción
Esta es la más genérica de las acusaciones al aire que se dicen. Es, sin embargo, como un cuco que se cierne, al parecer, sobre cada gobierno que tenemos. La corrupción nos acecha, la corrupción nos envuelve, nos rige y nos invade. Siempre a todos los gobiernos se los acusó de corruptos incurables. No se salvó NINGUNO.
Hay tres problemas que se dan con esto. El primero es obvio, el segundo es grave, el tercero es imperdonable:
1. ¿Cómo saben los que proclaman la corrupción de un gobierno que la misma es, en efecto, cierta? Hablar hablan todos, es muy fácil decir "vos sos corrupto" si es que no se me va a exigir plena prueba de lo que digo, si no se me va a castigar si digo algo que al final resulta no ser así. Repito: hablar hablamos todos; somos todos abogados recibidos, investigadores, espías, genios de la elucubración maliciosa... desde una mesa de café o desde una PC. O sea... así cualquiera...
2. Saquémonos las caretas: una (en femenino porque soy mujer, nada personal) puede suponer que seguro hay corrupción, no hay nada malo en decirlo. Ni que una fuera socia del gobierno como para defenderlo tan ciegamente. Pero les doy un ejemplo a pequeña escala de lo que quiero decir: una empresa. Sí, una PyME común y corriente, digamos un freight forwarder de los que hay miles (freight forwarder: empresa que lleva y trae cosas del exterior, básicamente). El cadete se afana la abrochadoras de la oficina, las gomitas, las lapiceras y los anotadores todo el tiempo. ¿Se piensan que el gerente se entera? Despiértense amigos, el gerente no se entera de nada. El cadete sigue robando lapiceras, papeles y abrochadoras como siempre todos los días.
Si esto pasa en una empresa, en una PyME... ¿esperan que tan luego en un gobierno nacional sea diferente? Esperan que Cristina sepa exactamente lo que pasa en Casilda, Santa Fé, por poner un ejemplo? Si la respuesta es "si", déjenme retrocederlos al 28 de diciembre y decirles Feliz día del Inocente!!!
3. En los 90' se hablaba mucho de ese tema, de la corrupción. ¿Y saben qué? Por ocuparnos tanto pero tanto de eso es que se nos escapó algo, se nos escapó tan luego lo más importante. Se nos escaparon las políticas de gobierno. Por despotricar contra la corrupción cierta que había en el gobierno de Menem, no le prestamos atención al ajuste hecho sobre la clase trabajadora, a las privatizaciones que en realidad fue regalar las empresas estatales, a la flexibilización laboral que básicamente fue hacer que las personas fueran un esclavo durante tres meses, sin ningún tipo de protección, para después darles una senda patada en el tujes sin explicación ni indemnización ni seguro de desempleo ni un carajo, a la desestatización del país... esa que decía que el Estado no servía para nada y que los mercados se regulaban solos, sin tener en cuenta que la gente no es mercancía o commodities, a la desestatización que le sacaba dinero a la salud porque el que no puede pagar no merece tener salud o siquiera vivir, a la desestatización que cerraba fábricas y negocios dejando millones de personas en la calle, a la desestatización que endeudaba gente que pagaba su casa con préstamos hipotecarios amparados en el 1 a 1 y finalmente perdieron su única vivienda, a la desestatización que le sacaba fondos a la escuela pública mientras implementaba la Ley Federal de Educación que fue un genocidio para la educación nacional. Todo eso nos perdimos mientras criticábamos junto a Lanata la corrupción Menemista y nos concentrábamos en los negociados que hacía la gestión noventonsa. Por centrarnos en la corrupción y no darle bola a lo que realmente importaba, a las políticas de gobierno, dejamos que nos llevaran al 2001.
La corrupción es mala, nadie lo puede negar. Pero no es lo que define el rumbo de un país... a las pruebas me remito.

Falsos Izquierdistas
Esta es quizás la aseveración más fácil de responder. Le gritan al gobierno que son "falsos iquierdistas", qué bárbaro. Para responder esto, sólo hace falta la verdad, simple, corta y concisa...
No somos ni falsos ni verdaderos izquierdistas: somos Peronistas.
¿Te cabió? Buá, pasamos a otro tema.

Los fondos de Santa Cruz
Qué tema este. Caballito de batalla de los opositores al gobierno, una especie de piedra filosofal para los anti K. Supongamos que estamos hablando del índice de desempleo, ¿no? Te dicen el clásico "cada vez hay más pobres!!!" (así, con furia). Vos le decís "no, mirá, el índice de desempleo está en un 7%". El retobado te dice "¿qué... lo dice el INDEC?". Y vos, con toda tu paciencia, le decís "bueno, no te gusta en INDEC, ponele que hay un 10% de desempleo... eso es más de la mitad de cuando asumió Kirchner. ¿Tenés algo más para criticarle al gobierno?".
Y ahí, no sabés cómo, el amigo que está hablando con vos te tira un "¿y qué me decís de los fondos de Santa Cruz?".
¿Creés que está todo perdido? Noooo, amigo/a. Esta es una estupidez más del que habla sin saber de lo que habla. Paso a contarte así rapidito.
Los famosos fondos de Santa Cruz son una suma de 521 millones de dólares que la provincia cobró en el año 1993 al ganarle al Estado nacional un juicio por regalías petroleras mal liquidadas. Sea como sea que llegó esa plata, Néstor Kirchner la depositó en el exterior, en un banco de Suiza. ¿Para qué hizo esto? Para tener la seguridad de que don Carlos Menem no se iba a birlar de nuevo esos fondos (recuerden que esta transacción se hizo en plena década menemista). O sea, mandó toda la guita afuera, cosa que el Turco no la pudiera tocar.
¿Hasta acá estamos? Ok, sigo.
En el año 2006, esa plata que estaba en Suiza se pasó a un fideicomiso a nombre del Banco de Santa Cruz. Esto es, en rigor quedaba en Suiza pero a nombre de un banco Argentino, por lo cual para la ley argentina ese dinero era argentino.
En el año 2008, los fondos depositados en Suiza fueron repatriados a la Argentina, a una cuenta en el Banco Nación.
O sea, los fondos de Santa Cruz fueron repatriados hace tres años. Luego de eso se gastaron, pero eso ya es otro tema.


La santa trinidad opositora: Corrupción, Izquierda Falsa y Fondos de Santa Cruz.
No sé si respondí satisfactoriamente las tres pero eso intenté. Con respuestas sencillas, que salen del sentido común y un poco de averiguación (un poco, nada más), con honestidad y fundamentos.
Respuestas fáciles para un par de preguntas remanidas, recurrentes, repetidas... y fáciles también.